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Ratoncita y el Muro Rojo, de Britta Teckentrup.
Ratoncita vive junto a otros animales en un lugar que está rodeado por un gran muro rojo. El muro rojo es muy alto y no tiene principio ni fin; simplemente está ahí. De hecho, lleva ahí tanto tiempo que todos aceptan su existencia sin plantearse pregunta alguna. Todos menos Ratoncita, que es muy curiosa, y quiere saber más.
Esta curiosidad lleva a Ratoncita a preguntar a sus amigos, los demás animales, qué es lo que saben sobre el muro. Sin embargo, nadie consigue saciar su curiosidad. Aunque ninguno de ellos parece saber muy bien cuál es la función del muro, no tienen especial interés en conocerla. Todos ellos simplemente aceptan la realidad de la existencia del muro sin preguntarse si sería posible cruzarlo. Todos tienen miedo.
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Recomendación literaria: Estamos aquí, de Oliver Jeffers.
¿Qué es lo que te gustaría que tus hijos supieran cuando llegan al mundo? ¿Qué información, de toda la que podrías darle, escogerías para entregarle a un niño recién llegado a este planeta? Todo eso es lo que se ha preguntado Oliver Jeffers, escritor e ilustrador de Estamos aquí, un álbum sobre la vida en el planeta tierra, publicado en España por la editorial Andana.
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¿Qué nos ocurre cuando nos relacionamos habitualmente con niños?
¿Qué le ocurre a un adulto cuando se relaciona a diario con niños? ¿Cuáles son las consecuencias de que gran parte de tu tiempo esté dedicado a criar, cuidar o educar a niños? Esto es lo que me preguntaba yo hace unos días cuando hablaba sobre mi profesión con amigos. La conclusión a la que llegué fue clara: tratar con niños te convierte en una persona mejor.
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¿Y si cambiamos el ideal romántico por la felicidad?
Las películas -y series, canciones o directamente conversaciones a mi alrededor- de mi infancia estaban llenas de príncipes salvadores y princesas indefensas, de besos de amor verdadero que lo curaban todo e, incluso, de escenas que vistas hoy en día se muestran como clara expresión de violencia de género. ¿Por qué la vida de las mujeres que han pasado los treinta está plagada de este tipo de referentes tóxicos?
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El duro período de adaptación y la palabra más repetida.
Llamamos período de adaptación a esos primeros días, o semanas, o meses, que tardan los niños en adaptarse a pasar sus jornadas diarias, en ocasiones gran parte de ellas, en la escuela en lugar de pasarlas con sus familias. Lo primero que hay que comprender es que no todos los niños lo viven igual. Hay niños que enseguida empiezan a pasárselo genial, reír y jugar en clase, y parece que ni siquiera se han dado cuenta del cambio. Pero la gran mayoría no lo vive de esa forma. Para muchos, ese período de aclimatación supone un verdadero sufrimiento que tendemos a infravalorar.