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Porque eres una mujer.
El próximo 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y, desde hace unos días, los mensajes feministas se suceden en redes y demás medios de comunicación. Y aquí esto yo, que siempre he pensado de mí misma que soy feminista pero que me he mantenido en un discreto lugar al respecto durante gran parte de mi vida. No fue hasta hace unos años que empecé a manifestar mis opiniones al respecto de forma clara y sin miedo.
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Las fotografías y vídeos de la escuela infantil.
Realizar fotos y vídeos de los niños en la escuela infantil es de lo más común entre los educadores. Los padres quieren ver a sus pequeños disfrutando del tiempo de colegio. Les gusta que se les envíen periódicamente imágenes o escenas de los niños, tomadas mientras ríen y realizan actividades.
Es una necesidad, la de ver a tu hijo, o nieta, o sobrinito y saber que está bien y que disfruta, que comprendo. Ya no solo por el deseo básico de su bienestar sino porque ayuda a paliar esa vocecita que llevamos dentro y que nos acecha cuando pasamos más horas de las que serían recomendables en el trabajo. La realidad laboral dista mucho de permitir una conciliación real y muchas familias sienten que se están perdiendo parte importante de la vida de sus hijos. Las imágenes que les remitimos les ayudan a sentirse mejor.
Pero es ese escenario, la de las risas y las actividades felices, una representación falsa de la realidad. No porque los niños no estén contentos en la escuela, que lo están. Sino porque del mismo modo en que un niño no se pasa todo el tiempo que pasa en casa riendo, tampoco lo hace en la escuela. Pero las imágenes de llantos, enfados y mocos no se envían. Esas no quedan bien. No dan buena imagen.
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¡Qué bonito! Me lo llevo. Esa manía adulta de quitarles las cosas a los niños.
Los adultos tenemos un sentido del humor ultra desarrollado, nos encanta hacer bromas y reírnos. Resumiendo: que somos la leche. O eso es lo que nos creemos. De ahí que parezcamos haber desarrollado una especial predilección por reírnos de quitarles cosas a los niños.
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¿Tú comes en el wáter?
Esta es la pregunta que quiero hacer a todas las personas que deciden que el mejor sitio para instalar una sala de lactancia es un cuarto de baño. Y no son pocas. Restaurantes, centros comerciales y locales varios colocan las salas de lactancia, o bien directamente en el baño o, en un alarde de consideración, en un cuarto al lado del baño de señoras y de caballeros, en el mismo pasillo aislado del resto de la civilización, con el mismo olor, pero al que han puesto un cartelito en el que puede leerse: “sala de lactancia”.
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¡Shhh! No le digas nada, que llora.
Los niños sintonizan nuestras emociones. Es un hecho que los adultos tenemos oportunidad de comprobar en múltiples ocasiones. Siempre digo que los niños son personas tremendamente empáticas y capaces de percibir nuestras emociones y estado de ánimo de una forma mucho más precisa de lo que creemos.
Esto toma un cariz un tanto cómico, o desesperante, según el caso, cuando, por ejemplo, un niño sea cae al suelo. La situación suele ser la siguiente: estás en el parque con tu hijo, sobrino o nieto y él juega libre (todo lo que le permite ese parque de ciudad) y sonriente entre los matorrales. Y en ese momento, cuando más se estaba riendo, tropieza y se cae.